El pos-modernismo y la iglesia.

 Hay una corriente muy peligrosa que se ha venido desarrollando desde el último cuarto del siglo XX y hasta nuestros días, este es el pensamiento cristiano-posmoderno.

Una filosofía que se infiltra en lo profundo de las congregaciones dejando un aire de libertad ideológica que se va convirtiendo en liberalismo satánico.


Las iglesia de hoy está llena de personas que defienden las ideas postmodernas. Algunos de ellos lo hacen consciente y deliberadamente, pero la mayoría lo hace sin darse cuenta, ahora nos encontramos con este movimiento apenas nos estamos recuperándo de esa larga batalla contra el modernismo, y no estámos preparados para un nuevo y diferente adversario. 

Muchos cristianos aún no han reconocido el extremo peligro que plantea el pensamiento postmodernista.


La influencia del posmodernismo ya ha infectado claramente a la iglesia. Los evangélicos están moderando su mensaje para que las crudas verdades del Evangelio no suenen tan desagradables al oído postmoderno. Muchos rehúsan declarar irrefutable que lo que la Biblia dice es verdad y que todos los demás sistemas religiosos y visiones del mundo son falsos. Algunos de los que se llaman cristianos han ido aún más lejos, negando  la exclusividad de Cristo y cuestionando abiertamente que Él es el único camino a Dios.

Ya existen libros y reciente mente terminé de leer uno con el título de el cristianismo y el pos-modernismo del autor Argentino Lucas Magnin dónde dice que no debemos cerrarnos a estos vientos de cambio usando mis palabras para aterrizar la idea.


Está ideológia pos-modernista la encontramos infiltrada sigilosamente en el humanismo, la aceptación, la tolerancia, los derechos que están por encima de la vida como el aborto y la eutanasia. Ahora, no es que los derechos humanos y que la aceptación, la tolerancia y algunas de estas otras mencionadas anteriormente están mal, sólo que debo explicar y ser muy claro en esto: y es que cuando estos derechos o ideologías están siendo vistas por encima de la verdad y la moral bíblica entonces atentan directamente contra nuestra fe.

El apóstol Pablo lo dice claramente:


"Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen;

estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades;

murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres,

necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia;

quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican" (Romanos:1: 28 al 32)

 Jesús dijo: "Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por Mí" (Juan 14:6) El apóstol Pedro proclamó a un público muy difícil y dijo: En ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. El apóstol Juan escribió: El que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él (Juan 3:36) Una y otra vez la Escritura hace hincapié en que Jesucristo es la única esperanza de salvación para el mundo. Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre

(1 Timoteo 2:5) Sólo Cristo puede expiar el pecado, por lo que sólo Cristo puede dar la salvación. Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna y esta vida está en Su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida: el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. (1 Juan 5:11-12)


Esas verdades son las que se oponen a la idea central del postmodernismo. Declaran erróneas las afirmaciones universales de verdad que declaran a Cristo como el único y verdadero camino al cielo junto con todos los otros sistemas de creencias. Eso es lo que enseña la Escritura. Es lo que la verdadera Iglesia ha proclamado a lo largo de su historia. Es el mensaje del cristiano. Y no puede ser adaptado a las sensibilidades postmodernistas. No puede mudarse ni se debe ensuavisar el mensaje por miedo a que esté grupo se ofenda o salgan dando alegatos tachandonos de radicales prehistóricos.


Que quiero decir con esto: Él cristianismo debe seguir leyendo la palabra estudiando detenidamente su contenido debe perseverar en la oración en el ruego debe alimentarse de la verdad bíblica para que podamos tener entrenado nuestros oídos y ojos espirituales más allá de la vista y oído natural porque con pequeñas sutilezas podemos caer pero el espíritu de verdad que opera en nosotros sacará a la luz lo bueno y lo malo y podremos elegir por la verdad ausoluta la Biblia.


Me asombra ver a muchos llamados cristianos que simplemente relegan las verdades bíblicas que afirman y que declaran  a Cristo cómo unico señor con silencio inaceptable. Peor aún, algunos en la iglesia incluyendo algunos de los líderes más conocidos de evangelicalismo han comenzado a sugerir que tal vez la gente pueda ser salva sin conocer a Cristo. 


¿Que es esto?


Los cristianos no pueden ceder ante el postmodernismo sin sacrificar la esencia misma de nuestra fe. La afirmación de la Biblia que Cristo es el único camino de salvación no concuerda con la ideología posmoderna de la tolerancia. Pero eso es, después de todo, lo que la Biblia enseña claramente. Y la Biblia  no la opinión postmoderna es la autoridad suprema para el cristiano. Sólo la Biblia debe determinar lo que creemos y proclamamos al mundo. No podemos vacilar en esto, no importa lo mucho que este mundo postmoderno se queje de que nuestras creencias nos hacen intolerantes Pablo señaló lo siguiente: "porque estoy puesto en defensa del evangelio" (Filipenses 1: 17)


Nuestra fe y nuestra esperanza es Cristo y debemos como cristianos aprender a distinguir entre el Evangelio de nuestro señor y este montón de filosofías emergentes que buscan confundir y desacreditar la verdad del verdadero evangelio el amor, la fe y desviar nuestra vista del único autor y consumador de la fe.


Al único y sabio Dios sea la Gloria el imperio y el poder por los siglos de los siglos amén.


Por Scott Ramirez

Creciendo en Gracia

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