¿Soy en verdad un cristiano?
Ser cristiano en el sentido real del término, es ser seguidor incondicional de Cristo. Como dijo el mismo Señor en Juan 10:27: Mis ovejas oyen mi voz y yo las conozco y me siguen, esto sugiere mucho más que una asociación superficial con Cristo. En lugar de ello, demanda un afecto profundo por él, lealtad a él y sumisión a su Palabra; En el aposento alto Jesús dijo a sus discípulos: Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando (Juan 15:14). En otra ocasión dijo a las multitudes que se agrupaban para escucharlo: Si vosotros permanecieres en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos. (Juan 8:31) y en otro lugar: Si alguno quiere venir en pos de mi, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame (Lucas 9:23 comparece con Juan 12:26)
Cuando nosotros mismos nos llamamos cristianos, proclamamos al mundo que todo sobre nosotros, incluyendo nuestra identidad personal, se cimienta en Jesucristo porque nos hemos negado a nosotros mismos para seguirlo y obedecerlo. Él es tanto nuestro Salvador como nuestro Soberano y nuestras vidas se centran en agradarlo a Él, profesar el título es decir con el apóstol Pablo: Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia” (Filipenses 1:21
Ya no soy más del mundo, le pertenezco a él, la voluntad en mi está condicionada a su perfecta voluntad, el agradarle se torna ahora en mi estilo de vida y las pasiones carnales que antes gobernaban mis sentidos y mi ser ahora se sujetan a su perfecta voluntad.
Entonces los frutos del espíritu se hacen presentes en mi vida y ahora mi forma de hablar es como la de él (Mateo 26:73) ahora la forma de cómo visto mi caracter es diferente se parece un poco más a él.
El cristiano que agrada a Dios es una persona capaz de amar a su prójimo, sabe que juzgar es algo que no le toca a él, que la venganza es del señor y que es solo cuestión de tiempo, su fe es invisible a la vista humana pero que su convicción es real y fuerte como un yunque, su familia está segura que las decisiones que toma porque son conforme a la guía de la palabra en su vida, el cristiano está listo para la batalla pero sabe que la victoria es del señor.
Por Scott Ramirez
Creciendo en Gracia
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